DESARROLLO TEÓRICO

EL POPULISMO EN AMÉRICA LATINA

I. Introducción.

A partir de la década del 1930, el modelo estatal oligárquico imperante en América Latina, cuyos rasgos resaltantes se caracterizaron por una marcada exclusión social de las grandes mayorías –hegemonía cerrada-, se vio inmerso en una profunda crisis, provocada por los cambios estructurales que empezaron a presentarse al interior de las sociedades tradicionales latinoamericanas por la retracción de la actividad económica exportadora de productos agrícolas debido a la disminución de demanda en los países que importaban estas materias primas, tales como EE. UU. Crisis que dio lugar a la aceleración del proceso ya iniciado de industrialización que terminó por relegar al modo productivo agrícola que hasta entonces se expresaba como la principal actividad económica de los Estados oligárquicos latinoamericanos. Como todo proceso de cambio o modificación de estructuras o de sistemas estructurales, según la naturaleza de las cosas, el proceso de industrialización en América Latina modificó –diríase de manera irreversible- sustancialmente los asentamientos poblacionales, provocando una vertiginosa migración del campo a la ciudad. La causa de esta migración considerable fue el resultado del efecto del traslado de la fuente laboral del campo a la ciudad, debido a que el proceso de industrialización trajo consigo que las industrias se instalen en las grandes urbes. Este proceso migratorio dio lugar a una explosión demográfica urbana y, como correlato, a la notoria disminución de la población rural que hasta antes de que se produzca dicho fenómeno constituía el porcentaje mayor de la población de los Estados latinoamericanos; generando la aparición de los grandes pueblos jóvenes o barrios urbanos marginales, conformados básicamente por migrantes. El surgimiento de los asentamientos urbanos marginales en las ciudades modifica la estructura original, puesto que importa la ampliación del ámbito prestacional del Estado, como es la de satisfacer a la población con los servicios básicos como agua, desagüe, luz; además implica también la prestación de otros servicios fundamentales como la salud y educación. Todo esto generó el establecimiento de una plataforma de demandas sociales que el entonces Estado oligárquico, acostumbrado a una forma de gobernar con criterios cerrados [hacia el interior de la elite], no pudo atender, menos resolver, y que a la postre significó su fracaso y posterior sustitución por un nuevo régimen que focalizó su atención en satisfacer estas demandas sociales, denominado populismo.

  II. .¿Qué se entiende por populismo?. 

 Intentar dar una definición del concepto o término populismo no es una acción fácil, por el contrario importa exigencia en la aprehensión de la figura y cautela apreciativa, sobre todo cuando los estudiosos de la ciencia política discrepan sobre el propio concepto y no llegan a un acuerdo respecto de su significancia, tal como se advierte de las lecturas asignadas. Sin embargo, trataré de dar mi propio punto de vista sobre el tema. Por populismo, entiendo aquella corriente política que acuña, por un lado, fundamentos ideológicos contestatarios contra el sistema de gobierno cerrado que caracteriza al régimen oligárquico y, por otro, demandas sociales de cambio de las estructuras del sistema político social que son propugnadas por actores sociales heterogéneos, constituidos por las grandes mayorías que buscan reconocimiento social y la implantación de políticas estatales que fomente la identidad nacional. Por tanto, entendiendo al populismo como una corriente política que acuña fundamentos ideológicos de cambio sustancial en el modo cerrado como gobierna la oligarquía y que de igual modo busca atender las demandas sociales insatisfechas, además de acciones fomentadoras de la identidad de la nación, diremos que tiene como fines: la búsqueda de bienestar para toda esa comunidad heterogénea llamada pueblo, el reconocimiento del derecho a intervenir en política de todos los ciudadanos y a crear una identidad nacional que revitalice lo propio. Esto significa que busca implantar como principio de gobierno la democracia basada en el reconocimiento del pueblo como actor fundamental, promoviendo la identidad nacional progresista. El populismo, al apuntar contra el sistema de gobierno hegemónico cerrado que caracteriza a la oligarquía, para sustituirlo por una de participación amplia del pueblo, claramente lo que busca es la democratización y el fortalecimiento del Estado.

  III. Características.

 1 El populismo latinoamericano es una manifestación política y social de rechazo y sustitución del régimen oligárquico de los Estados que fue incapaz de adecuar las estructuras políticas sociales del Estado al nuevo escenario generado por la industrialización, como por ejemplo, la prestación de los servicios básicos para satisfacer las nuevas necesidades básicas de la población de los asentamientos urbanos marginales. Tiene un propósito de inclusión social. 
2 Como régimen político, en tanto sustituto del régimen oligárquico, adolece de instituciones políticas fuertes o sólidas, de allí que se pueda afirmar que era su dimensión más débil; lo que evitó que el sistema democrático que teóricamente debió afianzarse, con escasas excepciones, no se consolidó. Es más, fue oscilante entre democrático o aparentemente democrático y autoritario. 
3 La base del desarrollo del Estado se sustenta en la industria nacional. El Estado dicta políticas económicas que buscan que la producción industrial tenga como finalidad la manufactura local de aquellos productos que anteriormente eran importados a fin de que se pueda contribuir a la disminución de su costo en beneficio de las grandes mayorías. Este modelo económico nacional tiene como finalidad fomentar el desarrollo industrial nacional sobre los intereses extranjeros. 
4 En lo social se sustenta en un proyecto nacional o de nación cuyo propósito es el cambio de la estructura social existente, promovida en un inicio por la clase trabajadora que buscaba reivindicar derechos que históricamente les fuera negados y, luego, por los grandes movimientos de masas colectivas de orden político e ideológico y, además multiclasistas, que buscaban la transformación social progresista que constituía el fundamento motivacional de sus acciones revolucionarias. 
5 En el ámbito de los derechos, se reconoce y permite el acceso a los derechos de corte social como a los derechos políticos tanto en su manifestación individual como colectiva. 
6 Presenta rasgos clientelistas, en la medida que el líder vitaliza su relación con las masas a través de la persuasión continua del discurso político que es empleado como el medio fundamental de cohesión líder-masa.

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